miércoles, 19 de febrero de 2014

TEMA 2. ESCULTURA ROMANA: MODELO DE COMENTARIO




AUGUSTO PRIMA PORTA (19aC)

Nos encontramos ante una escultura individual del bulto redondo que representa a un hombre de cuerpo entero y está esculpida  en mármol. Se trata de un retrato.

Se trata de una obra realizada en mármol, material que permite lograr distintos acabados y texturas, en este caso observamos un acabado muy pulido sobre todo en la anatomía del representado. Este material también permite lograr la representación de diferentes calidades y materiales. Pudo estar policromada pues era lo habitual en la estatuaria clásica grecolatina. La utilización del mármol nos lleva a pensar en una obra romana o copia romana de una obra griega originalmente realizada  en bronce.

En cuanto a la incidencia de la luz sobre la superficie, observamos un marcado contraste entre las superficies suaves y lisas del rostro y extremidades  por donde la luz resbala y el claroscuro de los delgados y profundos pliegues de la túnica, lo que aporta volumen  y realismo a la escultura.


Analizando los aspectos formales observamos un tratamiento idealizado del rostro y la anatomía pues no se incide en los detalles realistas que pudieran apartarse de una representación armónica y por tanto bella. A pesar del idealismo podemos decir que es naturalista ya que el autor incide en el tratamiento de la anatomía y los ropajes con un gran detallismo.  Se trata de una figura proporcionada que puede estar esculpida a partir de un canon, algo habitual en el arte griego de la época clásica del s.VaC  y que será imitada en algunas etapas del arte romano.

La composición es sencilla, está de pie, en contrapposto, dejando que el peso del cuerpo recaiga sobre una de las piernas que se muestra en tensión, mientras que la otra aparece relajada en actitud de marcha, lo que aporta movimiento a la escultura. Este movimiento  se ve reforzado por el brazo en alto que indica que algo está sucediendo  fuera de la escena.

Atendiendo al tratamiento del rostro observamos un rostro idealizado de actitud serena que nos recuerda a la época clásica griega o a la época imperial romana,- influida por ésta-, sin representar la emoción o pathos propias del helenismo, ni la deformación de la estatuaria del bajo imperio romano.  Por el análisis de la vestimenta podemos deducir que se trata de un emperador ya  que viste una coraza y una túnica, sería por tanto un retrato toracato. Destaca el relieve de la coraza, pormenorizado y naturalista. El hecho de representarse descalzo busca la intención de representarse como una divinidad.

Por todas estas características podemos deducir que se trata del retrato de un emperador romano, en este caso es el retrato del Emperador Augusto de Prima Porta del s.I aC, es decir, pertenece al arte romano altoimperial. El emperador aparece arengando a las tropas y con un amorcillo a sus pies.

Las novedades más importantes que aporta esta obra son  la aparición del retrato como tema, influencia del realismo etrusco que combina con la idealización propia de la etapa clásica griega que se refleja en la posición en contrapposto y en  las proporciones ideales basadas en un canon, -que observamos en el Doríforo de Policleto-. A esto se suma la representación del emperador como un hombre joven, fuerte, capaz de mantener un imperio bajo su mando; se trata por tanto de una escultura con función propagandística. Este mensaje se refuerza con la representación en relieve en la coraza de la victoria sobre la Galia e Hispania, que dieron paso al periodo paz conocido como “Pax Romana” que también se representa en el Ara Pacis.


El autor es desconocido, pues a diferencia de los escultores griegos, en Roma, los artistas eran meros artesanos que trabajaban para la gloria del Imperio.

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