AUGUSTO PRIMA PORTA (19aC)
Nos encontramos ante una
escultura individual del bulto redondo que representa a un hombre de cuerpo entero y está esculpida en mármol.
Se trata de un retrato.
Se trata de una obra realizada en mármol, material
que permite lograr distintos acabados y texturas, en este caso
observamos un acabado muy pulido sobre todo en la anatomía del
representado. Este material también permite lograr la representación de diferentes
calidades y materiales. Pudo estar policromada
pues era lo habitual en la estatuaria clásica grecolatina. La utilización del
mármol nos lleva a pensar en una obra romana o copia romana de una obra griega
originalmente realizada en bronce.
En cuanto a la incidencia de la luz sobre la superficie,
observamos un marcado contraste entre las superficies suaves y lisas del rostro
y extremidades por donde la luz resbala y
el claroscuro de los delgados y profundos pliegues de la túnica, lo que
aporta volumen y realismo a la
escultura.
Analizando los aspectos formales
observamos un tratamiento idealizado
del rostro y la anatomía pues no se incide en los detalles realistas que
pudieran apartarse de una representación armónica y por tanto bella. A pesar del
idealismo podemos decir que es
naturalista ya que el autor incide en el tratamiento de la anatomía y
los ropajes con un gran detallismo. Se
trata de una figura proporcionada que puede estar esculpida a partir de un
canon, algo habitual en el arte griego de la época clásica del s.VaC y que será imitada en algunas etapas del arte
romano.
La composición es sencilla, está de pie, en contrapposto,
dejando que el peso del cuerpo recaiga sobre una de las piernas que se muestra
en tensión, mientras que la otra aparece relajada en actitud de marcha, lo que
aporta movimiento a la escultura. Este movimiento se ve reforzado por el brazo en alto que
indica que algo está sucediendo fuera de
la escena.
Atendiendo al tratamiento del rostro
observamos un rostro idealizado de actitud serena que nos recuerda a la época
clásica griega o a la época imperial romana,- influida por ésta-, sin
representar la emoción o pathos propias del helenismo, ni la deformación de la
estatuaria del bajo imperio romano. Por
el análisis de la vestimenta podemos deducir que se trata de un emperador
ya que viste una coraza y una túnica,
sería por tanto un retrato toracato. Destaca el relieve de la coraza,
pormenorizado y naturalista. El hecho de representarse descalzo busca la
intención de representarse como una divinidad.
Por todas estas características
podemos deducir que se trata del retrato de un emperador romano, en este caso
es el retrato del Emperador Augusto de
Prima Porta del s.I aC, es
decir, pertenece al arte romano
altoimperial. El emperador aparece arengando a las tropas y con un
amorcillo a sus pies.
Las novedades más importantes que aporta esta obra son la aparición del retrato como tema,
influencia del realismo etrusco que combina con la idealización propia de la
etapa clásica griega que se refleja en la posición en contrapposto y en las proporciones ideales basadas en un canon,
-que observamos en el Doríforo de Policleto-. A esto se suma la representación
del emperador como un hombre joven, fuerte, capaz de mantener un imperio bajo
su mando; se trata por tanto de una escultura con función propagandística. Este mensaje se refuerza con la
representación en relieve en la coraza de la victoria sobre la Galia e
Hispania, que dieron paso al periodo paz conocido como “Pax Romana” que también
se representa en el Ara Pacis.
El autor es desconocido, pues a diferencia de los escultores
griegos, en Roma, los artistas eran meros artesanos que trabajaban para la
gloria del Imperio.
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